Investigando en las tradiciones de la antigüedad, religiones y rituales parece que todos coincidimos en el uso de velas para las celebraciones. Me alegra que los seres humanos a pesar de tener creencias diferentes en lo esencial somos muy parecidos.
Hay momentos donde el tiempo desaparece y dejamos espacio para lo sagrado, para ver donde estamos, que necesitamos, quien somos.
Me resulta interesante conocer los orígenes para entender el significado de las cosas. La palabra “Candela” o vela significa brillar.
Su uso desde los inicios era para comunicarse con los dioses. Hacían peticiones y al apagarse las velas el humo las haría llegar a las divinidades.
La vela representa la luz universal, el ritual de encenderla con una intención nos ayuda a acercarnos a esa fusión con lo eterno.
El fuego es purificador y transformador.
Los griegos han sido muy devotos del fuego, Prometeo, robó el fuego para dárselo a los humanos. Las diosas griegas lo usaban, por ejemplo Artemisa encendía velas de miel para atraer el poder y la protección. Y en los ciclos lunares encendía una vela al acabar el ciclo lunar.
Hestia, la diosa del hogar, era la encargada de guardar el fuego encendido y de acompañar a las mujeres cuando daban a luz. Era una diosa pacifista, la sacerdotisa.
En Roma se encendían velas en las catacumbas con los muertos y en los partos para ayudar a dar a luz.En la cultura pagana también se usaba en los ritos de Brigit, diosa de la sanación, de las artes y la poesía. Así como la diosa del fuego y del hogar, encargada de preservar el fuego.
Le dotan de tres aspectos; la llama de la sabiduría, el fuego de hogar y el fuego de la transformación. Fue asimilada por la cultura cristiana como la virgen de la candelaria, era un rito celebrado 40 días después del nacimiento de Jesús. La virgen hacia una ofrenda de una vela encendida para bendecir a su hijo, Jesús.
El cristianismo a partir del siglo XII usan velas en las Iglesias, para bendecir, para la absolución de pecados, para peticiones, en los bautizos para iluminar el camino al niño. Trás la muerte se crea una capilla ardiente para ayudar a liberar el alma del cuerpo y llegar a Dios.
Para los judíos el símbolo de Menorá, con los 7 brazos, representa «el símbolo de la palabra de Dios», su luz, aquella de la «santa iluminación», es decir, del «espíritu de la verdad». La Menorá del Templo de Jerusalén simbolizaba la iluminación universal.
En la India, África o Persia ..se usan en rituales con velas por todo el mundo.
Así como la tradición que más coincidimos es la del Kinderfest, de origen alemán, se ponía una vela para llevar luz en su vida a niño y tantas velas como años tenia para llevar a los venideros.
Es importante que la cera sea lo más pura posible pues ayudará a la intención de las peticiones. Si es de origen vegetal en lugar de animal mejor.
Creo que en nuestra conciencia colectiva han quedado estas intenciones de crear un momento sagrado cuando encendemos una vela incluso si sólo se enciende para decorar un ambiente o para perfumarlo, es inevitable que creen un momento especial.
Nuestras velas son de cera vegetal 100% sin parafina, petróleo o grasa animal.
Es recomendable quemar la vela al menos durante una hora para que el perfume se difunda en el espacio, la cera vegetal tiene un tiempo de combustión más lento que la mineral. Así como cortar la mecha antes de cada nuevo uso para una mejor combustión.
Permítete un momento sagrado para ti, es el mejor regalo que te puedes hacer. Te podemos ayudar sugiriéndote nuestras velas que con su perfume crean una atmosfera única para cada momento.